martes, 17 de septiembre de 2013

La huella ecorural, o cómo medir cómo estamos tratando nuestro medio rural


Huella ecorural
Imagen corporativa del proyecto Huella Ecorural. FOTO: Junta de Andalucía.


El ámbito del Desarrollo Rural no deja de sorprenderme. Recientemente me han descubierto desde la Asociación de Desarrollo Rural de Andalucía (ARA) un tema completamente nuevo para mí: la huella ecorural. Y me ha sorprendido especialmente porque, hasta ahora, pensaba que hablar de ecología y de protección medioambiental en el medio rural era un obviedad. Como si el medio rural fuera ecológico o sostenible por sistema. Por desgracia, eso no es así siempre, y, como no hagamos algo, cada vez menos.

Y ¿qué es eso de la huella ecorural?

La huella ecológica es un indicador que mide el impacto que supone para el medio ambiente el consumo de recursos naturales, frente a la capacidad del planeta para recuperarse ante dicho agresión.  Es decir, la huella ecológica mide cuánta superficie del planeta necesitamos para satisfacer nuestro nivel de vida. Si aplicamos eso al medio rural, de lo que se trata es de saber hasta qué punto la actual actividad en el campo (agricultura, ganadería...) es sostenible y no se está 'cargando' su futuro.

Precisamente hoy ARA presenta en Osuna (Sevilla) los resultados del proyecto Huella Ecorural, una experiencia innovadora del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente (Red Rural Nacional) en colaboración con la Consejería de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural de la Junta de Andalucía y la Red Asturiana de Desarrollo Rural (READER).

El proyecto se ha centrado en el desarrollo experimental de la huella ecológica en el sector agrícola. Los resultados obtenidos indican que existe una estrecha relación entre una gestión sostenible y la reducción de impacto ambiental  bajo este indicador.

En concreto, ARA está adaptando de forma experimental la metodología de la Huella Ecorural en la finca de Las Turquillas que gestiona el Ayuntamiento de Osuna, integrando la conservación y protección de varios sistemas lagunares con una producción agroecológica sostenible. Los resultados dejan entrever la capacidad de este tipo de gestión para absorber los impactos ambientales, demostrando que la Huella Ecológica aplicada al sector agrario, en concreto, y por extensión al medio rural, puede ser un potente vector de oportunidades y desarrollo sostenible.

Lo que se hace necesario ahora es que tod@s seamos capaces de medir nuestra huella en el medio rural y el medio natural y, sobre todo, de reaccionar para frenar consecuencias irreparables.



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