martes, 15 de enero de 2013

Rural no significa tosco; es calidad

Lo rural lleva tiempo estando 'de moda'. Y de hecho el calificativo 'rural' ha evolucionado en su consideración social tanto como las cosas a las que se refiere (turismo, certificados de calidad, asociaciones, etcétera). Dicho de otra forma, lo rural en muchos casos no es lo que era. Pero, no me entendáis mal; lo digo para bien.
El caso es que lo rural se está definiendo por su calidad, su capacidad para innovar sin olvidar su naturalidad. No hay más que echarle un vistazo a este vídeo, que muestra que un negocio tan 'rural' como una tienda de Aceite de Oliva puede ser moderno e innovador.

Vídeo de una moderna tienda de Aceite de Oliva, diseñada por Interiorismo Trinidad.

Volviendo a cómo entendemos hoy la palabra rural, suele ocurrir que la nueva  acepción se desarrolla y asimila socialmente antes que los académicos lo hagan. Y de hecho, la Red Española de Desarrollo Rural y diversos ayuntamientos y colectivos del medio rural plantearon ante la RAE una petición para que modificara la definición de rural de su diccionario que se refería a éste como "inculto, tosco y apegado a las cosas lugareñas". Hace ahora un año que la RAE se comprometió a que esta acepción de rural deje de existir en el diccionario de referencia de la lengua castellana ¡para la nueva edición escrita de 2014! Pero el caso es que, para mi sorpresa, el buscador web de la RAE aún ofrece esta acepción desfasada de rural, una modificación sencilla y rápida que no tiene porqué producirse en paralelo a la esperada nueva edición escrita.

Rural en el diccionario de la RAE

Esa admiración y nueva forma de entender lo rural por parte de lo urbano -pese a la definición del término que mantiene la RAE- está muy relacionada con el primer boom del turismo rural que se produjo entre 2000 y 2007. El segundo parece estar produciéndose ahora, cuando las decenas de miles de alojamientos que hay en casi 10.000 zonas rurales españolas están especializándose y ofreciendo experiencias de mayor calidad sin dejar de lado el perfil rural.

Es decir, el adjetivo rural ya no se refiere a algo cateto, tosco o poco apropiado, sino que se traduce en calidad: calidad de vida, productos y servicios de calidad, relaciones sociales de calidad, etc. Y de hecho los Grupos de Desarrollo Rural (GDRs) españoles y europeos trabajan continuamente ya no sólo en promocionar los productos y servicios certificados con la Marca Calidad Rural sino que va más allá certificando la calidad de las zonas rurales concretas, como territorios de calidad rural.
Rural no significa tosco; es calidad.

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